viernes, 5 de diciembre de 2008

El problema ambiental

El problema ambiental no solo se limita al cambio climático. Observamos una acelerada escasez de tierra en este planeta. Es decir, nos estamos quedando sin tierra buena para cultivar alimentos. Esto se debe a que la tierra necesita tiempo para reconstituirse, y los agricultores corporativos no tienen tiempo. Ellos quieren que los terrenos produzcan, produzcan, produzcan. De este modo, se ha abandonado o reducido la vieja práctica de alternar los cultivos de temporada a temporada. A fin de compensar la pérdida de tiempo, a la tierra se le agregan productos químicos con el objetivo de que se vuelva más fértil con mayor rapidez. Sin embargo, en esto, como en todas las cosas, no se puede elaborar un sustituto artificial para la Madre Naturaleza que se aproxime siquiera a lo que Ella proporciona.
El resultado es que, en algunos lugares, se erosiona, hasta unos cuantos centímetros realmente, la reserva disponible de la capa superficial de la tierra. En otras palabras, cultivan más y más alimentos en una tierra que cada vez tiene menos contenido nutricional. Sin hierro. Sin minerales. Nada de lo que podrías confiar en que la tierra te proporcionaría. Peor aún, comes alimentos llenos de productos químicos que se vierte en la tierra en un intento desesperado por reconstituirla. Si bien en el corto plazo no ocasionan daño aparente al organismo, a la larga se descubrirá, para la desolación humana, que estos rastros de productos químicos que permanecen en el cuerpo, no producen salud.
Este problema de la erosión de la tierra por medio de la rotación rápida de cultivos no es algo de lo que esté consciente la población, ni tampoco es la menguante reserva de tierra cultivable una fantasía forjada por ecologistas yuppies en busca de su próxima causa más llamativa. Pregunta a cualquier científico comprometido con la salud de la Tierra y escucharás más que suficiente. Es un problema de proporciones epidémicas; es mundial y es serio.
Éste es sólo un ejemplo de las muchas formas en que se perjudica y agota a la Madre, la Tierra, la dadora de vida, con una total indiferencia hacia sus necesidades y sus procesos naturales.
A los seres humanos les preocupa muy poco su planeta, excepto para satisfacer sus propias pasiones, el cumplimiento de sus propias necesidades más inmediatas (y abotagadas, mayormente), y apagar el interminable deseo humano de Más Grande, Mejor, Más. Sin embargo, como especie humana, harían bien en preguntarse, ¿en qué medida bastante es bastante?

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