domingo, 14 de diciembre de 2008

Todo lo que es, no es (parte 2)

Lo único que Todo Lo Que Es sabía es que no había nada más. Así no podía, ni lograría, nunca conocerse a Sí mismo desde un punto de referencia exterior a Sí mismo: dicho punto de referencia no existía. Sólo existía un punto de referencia, y era el único lugar interior. El “Es - No Es”. El “Soy - No Soy”.
Aún así, el Todo de Todo decidió conocerse experimentalmente.
Esta energía - pura, invisible, inaudible, inobservada y, por lo tanto, desconocida - por - cualquier - otra energía - decidió experimentarse a Sí misma como la total magnificencia que era. Para ello, se dio cuenta de que habría de utilizar un punto de referencia interior.
Se hizo el razonamiento, totalmente correcto, de que cualquier parte de Sí mismo había de ser necesariamente menos que el total, y, por tanto, si simplemente se dividía a sí mismo en partes, cada parte, al ser menos que el total, podía mirar al resto de Sí mismo y ver su magnificencia.
Así, Todo Lo Que Es se dividió a Sí mismo, convirtiéndose, en un momento glorioso, en lo que es esto y lo que es aquello. Por primera vez, existían esto y aquello, completamente separados lo uno de lo otro. Y aun así, existían simultáneamente; tal como sucedía con todo lo que no era ninguno de los dos.
Así de repente existían tres elementos: lo que está aquí; lo que está allí, y lo que no está ni aquí ni allí, pero que debe existir para que aquí y allí existan.

Es la nada lo que sostiene al todo.
Es el no-espacio el que sostiene al espacio.
Es el todo el que sostiene a las partes.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

wiiiiiiiiiiiiii....klauuuuuuuuuuuuuuuuuu..eduuuuu t amooooooooooo

Melisa dijo...

jaja que forra xD