Podríamos considerar algunos valores y consignas del movimiento en general, aunque existen hippies que enfatizan más sobre un estilo de vida bohemio; otros grupos con una tendencia marcada por la espiritualidad alternativa (new age, chamanismo); y finalmente otras comunidades que están envueltas en activismo radical (yippies), ecologismo, o varias de estas cosas al mismo tiempo.
En general se podría mencionar la tendencia de adoptar un modo de vida comunitario, basado en el amor, la paz. Renegaban del nacionalismo y de la regulación estatal así como de la mercantilización y burocratización de la vida cotidiana, como también del consumismo y del capitalismo. Esto se lo solía hacer mediante la participación en activismo radical y/o mediante la práctica de la simplicidad voluntaria. Existe cierta tendencia a revalorizar y valorizar modos espirituales no occidentales o no judeo-cristianos. Se suele estar en desacuerdo con los valores tradicionales de la clase media y de la burguesía así como los de la burocracia. Se considera el paternalismo gubernamental, el militarismo, las empresas multinacionales, y los valores sociales tradicionales como parte de un Sistema que, a sus ojos, guarda poca legitimidad o es esencialmente opresivo.
Los hippies suelen buscar lugares de autonomía con respecto de las costumbres hegemónicas de la sociedad. Por sí mismo el movimiento no tiene un carácter ideológico/político específicamente definido o una organización homogénea o estable, aunque generalmente se tiende a ideas y modo de vida con tendencia claramente inclinada a una perspectiva de socialismo libertario y ecologismo. De todas formas gran parte de los hippies fueron relativamente apolíticos o sino políticamente sincréticos. Estas perspectivas, debido al rechazo del consumismo y de la mercantilización de la sociedad capitalista contemporánea ponían de manifiesto su visión usualmente ecologista, y fundamentaban la importancia hacia el respeto a la libre expresión de la subjetividad y la creatividad, claras tendencias hacia experiencias autogestionadas, dejando bien claro el rechazo hacia el burocratismo y la propuesta más desarrollada, que era la creación de comunidades intencionales y otros modos de relaciones humanas o lo que se llegó a denominar una sociedad alternativa.
En esta perspectiva se tendió a revalorizar culturas locales no hegemónicas asociables con modos de vida no industriales o preindustriales debido a su modo de vida más ecosustentable, menos consumista, más comunitario, más descentralizado donde el contacto humano es más constante y posible. Así pues, a fines de los sesenta en EE.UU. los hippies decidieron investigar y revalorizar los legados y formas culturales de los indígenas norteamericanos. En la expansión posterior del movimiento así mismo se tendió a revalorizar las culturas ancestrales e inclusive abiertamente se abrazaba el indigenismo. En Europa se tendió hacia variantes de reconstruccionismo pagano en el cual se quería entender y actualizar tradiciones religiosas y de cosmovisión previas al dominio del cristianismo asociados con una cultura campesina prefeudal.
La unión libre surge a finales del siglo XIX y forma parte de la ideología del anarquismo. Según la concepción anarquista, todo acuerdo libre entre personas adultas es un compromiso legítimo que debe ser respetado por quienes lo suscriben así como por terceros, por lo tanto las relaciones sentimentales y/o sexuales no necesitan ningún permiso o autorización expresa del Estado, ni ningún compromiso religioso.
La libertad del amor libre se fundamenta en la soberanía individual y la asociación voluntaria, por lo que además de la unión libre incluye:
- La elección libre de pareja.
- El ejercicio del placer sexual.
- La camadería afectiva
Los sexos se atraen mutuamente, se buscan naturalmente, normalmente: este es el hecho original, primordial, la base fundamental de las relaciones entre las dos mitades del género humano. Por otro lado, es una locura querer reducir el amor a una ecuación o limitarlo a una forma única de expresión. Aquellos que lo intentaron se dieron cuenta bien pronto de que habían equivocado el camino. La experiencia amorosa no conoce fronteras. Varía de individuo a individuo.
Émile Armand; La vida sensual, la camaradería amorosa
En la actualidad se encuentra promovido, pero no exclusivamente, en sectores libertarios e, históricamente, también se puede encontrar en concepciones liberales, feministas y socialistas, entre otras. En los años 1950 y años 1960 se asoció con la contracultura, y, en particular, en los años 1950 y años 1960, con la Generación Beat y con el movimiento hippie.
1 comentario:
Que vuelvan los hippies! (A)mor libre! Hermoso blog meiki..Saludos. Bodhi
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